
Las elecciones federales se acercan y varios periodistas y grupos de la sociedad civil han abierto la polémica: votar o no votar para que con el abstencionismo demostremos nuestra inconformidad. Yo me pregunto ¿qué hay detrás de mi voto?
A pesar de su imposibilidad de hecho, yo me pronuncio por un respeto de derecho de una democracia deliberativa. En ese sentido, puesto que como ciudadano valgo por un voto, entonces se me reconoce mi capacidad para evaluar la realidad y optar por representantes de gobierno dignos. Entonces, con mi derecho a voto, se reconoce también mi racionalidad y madurez. Así que mi derecho a voto también incluye mi derecho de expresión sin coacciones ni políticas ni de facto, ni amenzas en ningún medio al respecto como en el ámbito laboral, mi derecho a una práctica sexual elegida libremente, mi derecho a decidir sobre mi cuerpo y sobre mi fuerza de trabajo, mi derecho a celebrar contratos laborales dignos, y mi derecho a exigir al Estado el establecimiento de las condiciones necesarias para ejercerlos.
Mi voto es mi derecho a que la visibilidad pública entre dentro del conjunto de bienes democratizables, y por ello, que mi voz, junto con la de los grupos sociales, los periodistas, las empresas y el Estado, tenga validez en el establecimiento de los consensos por medio de los cuales se construye la sociedad. Que no sean únicamente los gobernantes-empresarios que desde su Estado-empresa decidan desde sus mentes mercantiles qué es lo que los ciudadanos necesitamos y nos receten "proyectos estratégicos" que sólo amplían la brecha entre los ricos y los pobres (¿me estás oyendo LARF?).
Por lo tanto, mi voto no sólo es una marca en una boleta (como lo ven los candidatos ignorantes y pusilánimes que mercantilizan con el sufragio). Mi voto es, ante todo, la expresión de todos mis derechos conquistados por otros hombres que antes de mi lucharon por que la vida fuera más justa. Y es la fuerza que me mueve a intentar dejar este mundo mejor para la generación que me sigue.
Por eso ¡¡¡Yo sí iré a votar!!!
A pesar de su imposibilidad de hecho, yo me pronuncio por un respeto de derecho de una democracia deliberativa. En ese sentido, puesto que como ciudadano valgo por un voto, entonces se me reconoce mi capacidad para evaluar la realidad y optar por representantes de gobierno dignos. Entonces, con mi derecho a voto, se reconoce también mi racionalidad y madurez. Así que mi derecho a voto también incluye mi derecho de expresión sin coacciones ni políticas ni de facto, ni amenzas en ningún medio al respecto como en el ámbito laboral, mi derecho a una práctica sexual elegida libremente, mi derecho a decidir sobre mi cuerpo y sobre mi fuerza de trabajo, mi derecho a celebrar contratos laborales dignos, y mi derecho a exigir al Estado el establecimiento de las condiciones necesarias para ejercerlos.
Mi voto es mi derecho a que la visibilidad pública entre dentro del conjunto de bienes democratizables, y por ello, que mi voz, junto con la de los grupos sociales, los periodistas, las empresas y el Estado, tenga validez en el establecimiento de los consensos por medio de los cuales se construye la sociedad. Que no sean únicamente los gobernantes-empresarios que desde su Estado-empresa decidan desde sus mentes mercantiles qué es lo que los ciudadanos necesitamos y nos receten "proyectos estratégicos" que sólo amplían la brecha entre los ricos y los pobres (¿me estás oyendo LARF?).
Por lo tanto, mi voto no sólo es una marca en una boleta (como lo ven los candidatos ignorantes y pusilánimes que mercantilizan con el sufragio). Mi voto es, ante todo, la expresión de todos mis derechos conquistados por otros hombres que antes de mi lucharon por que la vida fuera más justa. Y es la fuerza que me mueve a intentar dejar este mundo mejor para la generación que me sigue.
Por eso ¡¡¡Yo sí iré a votar!!!
Pero de verdad muchos candidatos en México todavía piensan que sus promesas son la cura a los males del sistema...
ResponderEliminarY de verdad pienso que lo mejor es ir a votar y expresarnos, aunque a veces uno creo que en este país no importa si uno vota o no... pero no debemos claudicar!
Ah! qué mal escribo últimamente... es el mal de los blogs, jajaja
ResponderEliminarSabes Flor de Loto, hay una canción de Fito Paez, que Ana acaba de enviar a sus contactos, quizás te llegó a tu mail. Pero es en estos momentos cuando esa frase se hace muy ilustrativa: "¿Quién dice que todo está perdido? Yo vengo a entregar mi corazón". Yo entiendo que, a pesar de que todo esfuerzo parezca vano, no importa, quizás mi voz haga la diferencia en algún momento, por eso, a pesar de que parezca no haber remedio, de todas maneras estoy dispuesto a dar todo como si el éxito estuviera asegurado...
ResponderEliminarQuizás ustedes (Saveteur y Flor de Loto) ya vieron la metáfora de la tortuga en el poste (Caro la envió y yo la reenvié). Creo que es momento de quitar dos que tres tortugas de los postes, ¿no?
ResponderEliminar¿Qué onda con la palabra verificadora? En el comentario anterior, tuve que copiar "shingar", chale, ¿será mensaje subliminal?
ResponderEliminarHola Doris. Probablemente vi esa metáfora de la tortuga pero no me acuerdo. Y de la palabra verificadora, retomo del post de Flor de Loto en su blog, ah que compu con mala ortografía, que no se sabe que se escribe "chingar" y no "shingar", a menos que esta última sea más suavecita, algo así como "chinga-quedito"... jajaja. Saludos y gracias por los comentarios.
ResponderEliminarTampoco he escuchado sobre la metáfora de la tortuga...
ResponderEliminarMe gusta el nuevo look del blog! ;)